La extracción del aceite de almendras se sigue realizando en unos pocos lugares de Canarias, y sigue manteniéndose como tradición familiar en las Medianías galdenses, en Artenara y en Tejeda. Hemos tenido la suerte de contar con el grupito familiar de los Pérez, los Godoy, y doña Cruz, en El Tablado, para que nos enseñaran parte del proceso final de la obtención del aceite.
El proceso es bastante lento y sobre todo laborioso. No hay que olvidar que no es un trabajo sino una actividad particular del aprovechamiento de los recursos naturales.
El proceso, explicado de forma sencilla, sería más o menos así:
1.- Se varean los “almendreros” y se van recogiendo las almendras caídas. Esto se hace en los ratos libres del trabajo y ocupaciones.
2.- Se abren las almendras, golpeando una a una.
3.- Se tuestan en un gran tostador, como si fuera millo.
4.- Luego, se muelen con una máquina parecida a la que se usa para moler carne. Se puede repasar varias veces o con diferentes grosores de colador.
5.- La masa se mantiene tapada para que esté suave y se pueda pasar por la “tralla” (instrumento artesano, bien de rodillo o de presión, que sirve para que haga escurrir el aceite a través del paño).
6.- Llegado el momento se van poniendo pequeñas cantidades a calentar para que aflore el aceite y se meten en un paño pequeño que se tuerce para que quede bien cerrado y no se caiga la masa.
7.- Este paño se coloca bajo la “tralla” y se presiona; el aceite que escurre se recoge en un vasijo colocado bajo él.
8.- El aceite recogido, una vez bien colado, se usa en múltiples aplicaciones, aunque no se debe abusar de él (no olvide que la almendra amarga contiene ácido cianhídrico que es un veneno muy potente; por eso la masa exprimida se usa como veneno para las ratas).
Algunas de sus aplicaciones: se usa para combatir problemas respiratorios y antiespamódicos, fiebres e irritación intestinal.
Una recomendación de estas familias: la cucharadita lo más atrás posible de la garganta, porque es ¡amarguíiiiiiiisima!
El proceso es bastante lento y sobre todo laborioso. No hay que olvidar que no es un trabajo sino una actividad particular del aprovechamiento de los recursos naturales.
El proceso, explicado de forma sencilla, sería más o menos así:
1.- Se varean los “almendreros” y se van recogiendo las almendras caídas. Esto se hace en los ratos libres del trabajo y ocupaciones.
2.- Se abren las almendras, golpeando una a una.
3.- Se tuestan en un gran tostador, como si fuera millo.
4.- Luego, se muelen con una máquina parecida a la que se usa para moler carne. Se puede repasar varias veces o con diferentes grosores de colador.
5.- La masa se mantiene tapada para que esté suave y se pueda pasar por la “tralla” (instrumento artesano, bien de rodillo o de presión, que sirve para que haga escurrir el aceite a través del paño).
6.- Llegado el momento se van poniendo pequeñas cantidades a calentar para que aflore el aceite y se meten en un paño pequeño que se tuerce para que quede bien cerrado y no se caiga la masa.
7.- Este paño se coloca bajo la “tralla” y se presiona; el aceite que escurre se recoge en un vasijo colocado bajo él.
8.- El aceite recogido, una vez bien colado, se usa en múltiples aplicaciones, aunque no se debe abusar de él (no olvide que la almendra amarga contiene ácido cianhídrico que es un veneno muy potente; por eso la masa exprimida se usa como veneno para las ratas).
Algunas de sus aplicaciones: se usa para combatir problemas respiratorios y antiespamódicos, fiebres e irritación intestinal.
Una recomendación de estas familias: la cucharadita lo más atrás posible de la garganta, porque es ¡amarguíiiiiiiisima!
Hola:
ResponderEliminarA mí me gusta el millo ¡es muy rico! Yo he plantado en mi casa y en el colegio de El Risco.
El año pasado todos plantamos. este año no hemos plantado.
Paola 3º